lunes, 12 de noviembre de 2018

MITOS HEBREOS

CAIN Y ABEL
Según el mito de Adán y Eva,  los dos fueron expulsados del jardín del Edén después de comer del fruto prohibido y vivieron en un tipo de terreno deshabitado donde al pasar mucho tiempo tuvieron muchos hijos. El mayor fue llamado Caín y el segundo después del mayor se llamó Abel. Cuando los dos niños crecieron, el mayor, Caín, se convirtió en un agricultor y el segundo, Abel, se convirtió en pastor. Desde entonces pasaron la mayor parte de su vida en lo que se habían convertido.

Caín era el encargado de las cosechas y cosechó buenos, ricos y saludables frutos al igual que las verduras, mientras que el segundo consiguió multiplicar su rebaño de ovejas gracias a tu impecable trabajo. Ambos hermanos le hacían ofrendas a Dios cada año. Abel le daba sus mejores ovejas mientras que Caín no lo hacía, él usaba como ofrenda sus peores cosechas. A Dios no le gustaban las ofrendas de Caín por lo que escogió las de Abel.

Dios, al ver que Caín sentía cierta molestia por su hermano, le preguntó “¿Qué pasa, Caín?”, y Caín le respondió “¿Acaso no te agradan mis ofrendas, señor?” y Dios le respondió “Tu hermano me da mejores ofrendas que tú”. Y Caín se llenó de envidia.

Cierto día, Caín decidió que sería mejor si su hermano menor desapareciera y Dios solo tomara sus ofrendas, Caín tenía mucha envidia de su hermano hasta que una día Dios lo sorprendió lanzándole un roca en la cabeza a Abel matándolo al instante. Caín escondió el cuerpo para que nadie lo pudiera ver, entonces Dios le dijo “¡¿Caín, que le has hecho a tu hermano?!”. Caín negó todo y Dios lo castigó dándole el mismo dolor 7 veces.

LA TORRE DE BABEL
Toda la Tierra hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Al emigrar los hombres desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Emplearon ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa; y dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no andemos más dispersos sobre la faz de la Tierra».

Pero Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua; siendo este el principio de sus empresas, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros».

Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
                                     Génesis 11:1-9

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